En primer lugar, el proceso de rectificado se lleva a cabo en una máquina denominada máquina rectificadora. La cual realiza mecanizados de piezas por abrasión, eliminando material de una pieza a fin de darle forma y modelarla. Para ello utiliza unas herramientas abrasivas llamadas muelas. El rectificado es habitualmente un proceso de acabado de piezas, utilizándose en la etapa final de fabricación, tras el torneado o fresado, para mejorar la tolerancia dimensional y el acabado superficial del producto. El rectificado es una operación de mecanizado realizada en piezas que demandan medidas y tolerancias exigentes, ya sean geométricas, dimensionales o de acabado superficial.
Las máquinas rectificadoras para piezas metálicas consisten en un bastidor que contiene una muela giratoria compuesta de granos abrasivos muy duros y resistentes al desgaste y a la rotura. Cada grano abrasivo está encargado de arrancar una pequeña cantidad de material de pieza, de forma similar a cómo lo hace un filo de corte en una fresa.
El tipo de material abrasivo de la muela se selecciona en función del material de pieza el rectificado:
- Óxido de aluminio (Al2O3), para el rectificado de aceros.
- Carburo de silicio (SiC), también denominado carborundum, para el rectificado de metales no férricos, cerámicas, fundiciones, etc.
- Nitruro de boro cúbico (CBN), por lo general se usa para el rectificado a alta velocidad de férricos de alta dureza, aleaciones termo-resistentes, herramientas de corte,
- Diamante, para el rectificado a alta velocidad y precisión de cerámicas y metal duro.
Estos dos últimos son super abrasivos.
Según las características de las piezas a rectificar se utilizan diversos tipos de rectificadoras, existiendo una amplia gama de máquinas rectificadoras en el mercado, siendo las más destacadas las siguientes:
- Paneadoras
- Universales.
- Especiales.
- Cilíndricas de exteriores, de interiores y sin centros.